
Lo que hace algunos días era un sitio de intensa actividad minera artesanal e industrial, hoy permanece en calma. Los camiones han detenido su marcha y las excavaciones han sido suspendidas, mientras decenas de comunitarios solicitan a las autoridades que levanten las prohibiciones o lleguen a un consenso sobre la situación.
La Reserva Antropológica Cuevas de Borbón o del Pomier, un área de gran riqueza en piedra caliza y otros materiales utilizados en la producción de cal industrial para la construcción y otros procesos, ha sido objeto de una decisión gubernamental que restringe las actividades mineras en la zona.
A pesar de que el área lleva varios días militarizada, fue en la jornada de ayer cuando el Gobierno oficializó la prohibición de explotación minera. Esta medida busca garantizar la preservación de alrededor de 50 cuevas que albergan arte rupestre precolombino, atribuido a los taínos, y que representan un invaluable patrimonio histórico y cultural.
La comunidad local ha manifestado su preocupación ante el impacto económico de la medida y espera que se establezca un diálogo con las autoridades para encontrar soluciones que permitan la protección del patrimonio sin afectar el sustento de quienes dependen de la actividad minera en la región.